10 de diciembre de 2011

DATOS DEL VIAJE

Tiempo empleado: 8 días

Fechas: 2 Diciembre - 9 Diciembre

Clima: Frio muy húmedo por la cercanía del Rhin. Tuvimos suerte y no llovió demasiado. Calculo que tuvimos máximas de 5ºC

Mapa Ruta: Mapa de la ruta en Google maps


Kilómetros totales: 706,4km

Costes:

Alojamiento: 377.59€
Comida:172.9€ + Lo que pagó Samu
Transporte: 556.68€ + Tanque de gasolina de Samu
Entradas:0€
Regalos: 0€
Otros: 28€

Total: 1135,17 + gastos de Samu. Dentro de este total están incluídos los billetes de tren de a Bruselas y los gastos de transporte allí. En caso de hacer ida y vuelta desde la misma ciudad de Alemania, el presupuesto se abarata mucho, tanto para el avión como para el coche de alquiler.

Idioma: Alemán e inglés. Aquí de español no van a entender nada, así que más os vale hablar al menos en inglés.

Cosas imprescindibles:


Guía de los pueblos, castillos y mercadillos donde aparezcan los horarios de visita ya que por estas fechas muchos se encuentran cerrados y darse el paseo hasta el sitio para luego no poder verlo es una pena.

 
Consejos:



-Alquilar un coche y buscar algún apartamento para varios días en algún punto intermedio. No hay muchos medios de transporte para moverse por allí.
-Visitar los mercadillos a poder ser de noche, ya que se aprecia más la decoración y la iluminación, además de tener más ambiente de gente que se reúne allí tras salir del trabajo.
-En caso de ir apurados de presupuesto, aprovechar para comer en los mercadillos. Por poco dinero se pueden comer salchichas, filetes, guisos, sopas.. y dulces.
-En cuanto a la comida en restaurantes está bien, pero al final terminaréis cansados de tanto schnitzel.


 

9 de diciembre de 2011

Último día en Alemania

Aprovechando que hoy hace sol, aunque sigue haciendo frío, empezamos nuestra visita diurna por Colonia.

Después de dejar el hotel, nuestra primera parada será la catedral de Colonia. Hoy no hay celebración así que se puede visitar. La entrada es gratuita, al igual que en el resto de iglesias que hemos visto en Alemania.

La visita merece la pena sin duda y más en un día de sol, ya que las vidrieras impregnan de color las galerías.


Al salir de la catedral vamos a algo que ayer nos quedó pendiente, ver la inmensa colección de candados del puente Hohenzollernbrücke.

Desde aquí nos adentramos en el centro pasando por la iglesia de St. Andreas, la de St. Gereon, la torre romana, la puerta Hahnentor, la iglesia de St. Aposteln, la plaza de Neumarkt con el mercadillo de los ángeles y la iglesia de Mauritius.

A las cinco tenemos que coger el tren hacia Bruselas por lo que paramos a comer algo para hacer tiempo antes de irnos. Encontramos un restaurante italiano, Ristorante Via Bene. Un poco caro, la verdad y la comida era de lo más normal. 34€ en total  (menú 14€, plato pasta 14€, botella de agua 6€)

Y aquí se acaba nuestro paso por Alemania, a partir de hoy pasaremos 3 días en Bruselas visitando a unos amigos.

El resumen del viaje es que a pesar de no ser un destino exótico en el que se conocen otras culturas, el ambiente navideño de los mercadillos lo hace especial y recomendable. Así que os animo a visitar la zona en esta época.

8 de diciembre de 2011

Rumbo al norte

Hoy decimos adios a nuestro apartamento en Sankt Goar para avanzar en el camino.

Nuestra meta es la imponente Colonia, pero antes haremos una parada en Bonn, la cuna de Beethoven.
Aparcamos muy cerquita de la Münsterplatz donde se encuentra la estatua de Beethoven, la basílica de Bonn y el punto de información turística. Cogemos nuestra guía de la ciudad en español y nos damos una vuelta por los alrededores. Una rápida visita a pie hasta Markt, la plaza del singular ayuntamiento pasando por la casa museo donde nació Beethoven. Si no se quiere pagar la entrada para ver toda la casa, en el hall se puede echar un vistazo a uno de sus pianos, que es lo que hicimos nosotros vista nuestra racanería para pagar entradas.



A lo largo del recorrido a pie, nos encontramos con varias instancias de los mercadillos navideños. La verdad que había muchas casetas, todas muy bien decoradas y con abundantes visitantes. Aprovechamos para comer algo. Esta vez una carne loncheada con cebolla en bocadillo y un goulash dentro de un cuenco de pan (5€) y el ya tradicional chocolate caliente en la taza propia del mercadillo. Mientras estaba yo feliz comiendo mi cuenco de pan, nos cruzamos con unos chicos españoles que se me quedaron mirando con cara de extrañeza. Sin decirles nada, les observé y me quedé escuchando su conversación:
-"Mira, mira, qué está comiendo esa chica?"
-"No sé, pero tiene una pinta..."
-"Dónde lo venderán?"
-"Ni idea, pregúntale a ver, que se me ha antojado al verlo"
-"Puff, pregúntale tú, que con mi inglés..."
-"Excuse me, where do you..."

A lo que yo respondo: Tranquilo, que te entiendo perfectamente, que os vengo oyendo hablar español desde hace rato, jejejejje.

Me hace gracia que me hayan confundido con una extranjera. Será por mi cara de alemana?? Quién sabe...

Bueno, una vez comidos, carretera y manta hasta Colonia. Tenemos que llegar antes de las 17 para devolver el coche en la estación de tren. Mala suerte que nos salta la reserva antes de llegar. Apuramos echando sólo 5€ de gasolina para devolver el coche con el mínimo posible.
Dejamos el equipaje en el Central Hotel am Dom (68,80€ por una noche), el cual no podía estar mejor ubicado, a 10 metros de la estación de tren donde tenemos que devolver el coche y a 50 de la catedral. 

Al devolver el coche nos indican que tenemos que llenar el depósito o nos cobrarán un depósito entero a 3,8€ el litro!!!!!!! Pero esto qué es????!!! En el contrato no indica nada del depósito. Ahora a buscar otra gasolinera, vaya tela.. Por las molestias nos quedamos con la rasqueta para quitar el hielo de la luna, jijijiji

Ya de vuelta en el hotel una mini siesta. Al salir ya se ha hecho de noche y nada más girar la esquina vemos la espectacular catedral de Colonia. Es una mole arquitectónica que hace sentir insignificante a aquel que la observa desde su base. En la oscuridad de la noche, su impacto es aún mayor por la siniestra imagen que le otorga la iluminación nocturna. Ya en el interior, la majestuosidad continúa, pero con una sensación mucho más apacible y acogedora.  Estaban oficiando una misa y no se podían visitar las galerías, así que dejamos la visita para el día siguiente. Se nota que me ha gustado eh, jejejeeje.

En la plaza del lateral nos encontramos el primero de los diferentes mercadillos que hay a lo largo de la ciudad. Cada uno con un nombre diferente y un ambiente particular. El de esta plaza es el más tradicional, pero con una situación preferente a pies de la catedral.

Un poco más alejado del centro en Neumarkt, se encuentra el mercadillo de los ángeles. Un ambiente más elegante y delicado, con una iluminación más sutil, con el color blanco y las figuras de los ángeles muy presentes. Fue el lugar elegido para comprar la que ya será la última taza del viaje y a mi parecer la más bonita de todas. El tiempo no nos acompañaba demasiado y no dejaba de llover. Decidimos volver y cenar en una cervecería recomendada en tripadvisor. Se llama Brauerei Zur en la plaza Heumarkt. Es un sitio con historia donde el sistema de reserva no se contempla y se comparte mesa con los que ya estaban allí sentados. Lo habitual es beber cervezas en vasos pequeños aprovechando cuando uno de los camareros pasa con la bandeja llena. Pides una y con un lápiz te marca una raya más en el posavasos. Al final te calculan la cuenta en base a la rayas. Tomamos una carne macerada y guisada(13,80€) y un codillo(12,80€), todo acompañado de patata, como no!!, cuatro mini cervezas(6,40€) y un agua(2,30€). Igual que nos pasó en Frankfurt en la sidrería, aquí también nos sentamos con Hans y Frich, que amablemente nos aconsejaron sobre las especialidades de la zona.

Sin poder terminar toda la cena, vamos dando un paseo bajo la lluvia hasta la otra orilla del río cruzando el puente Deutzer Brücke desde donde se tienen unas vistas espectaculares del perfil de la ciudad, en especial de la Catedral iluminada. Con la que está cayendo, de noche, sin trípode y con el teleobjetivo, el hacer una foto se hace casi imposible, pero no por eso no lo intento varias veces.


Volvemos por el lado izquierdo del puente Hohenzollenbrücke, por el que cruzan los trenes, y justo al llegar a la otra orilla nos encontramos con miles y miles de candados puestos allí como símbolo del enlace de miles de enamorados. Mañana por la mañana tengo que volver para sacarles unas fotos.

7 de diciembre de 2011

Margen izquierda hacia el norte

Madreeee, la que está cayendo ahí fuera!! Mejor nos esperamos un poco a que amaine antes de salir.
Al final nos dan casi las 12, un poco tarde, pero la etapa de hoy no es muy larga.



Nuestra primera parada será Boppard, a 16km de Sankt Goar. La llaman la Niza del Rin y es una parada principal de todos los cruceros que van por el Rin. Recorremos el paseo "marítimo" que va bordeando el rio. Si en un día gris, frio y lluvioso como hoy es bonito, en primavera o verano tiene que estar genial. Llegando al Alte Burg (el antiguo castillo), que coincide que está en obras, nos adentramos al pueblo antiguo, donde hay muchas casas entramadas. Intentamos entrar en la iglesia de San Severus, pero también está cerrada. Los otros reclamos del pueblo son la zona amurallada que conserva restos del antiguo asentamiento romano, el monasterio y la iglesia Carmelita y el telesilla que lleva hasta un mirador desde donde ver los 4 lagos del Rin. Un efecto óptico evidentemente. Nosotros no subimos porque con nuestra racha seguramente esté cerrado.




Siguiendo la carretera hacia Coblenza, se encuentra un pueblecito llamado Spay. Tiene bastantes casas entramadas y unas buenas vistas del castillo Marksburg al otro lado del rio, que pertenece al pueblo de Braubach. Se puede visitar y es de los pocos que en Diciembre está abierto, pero nos pilla al otro lado del rio y no estamos por la labor de cruzar.

Antes de llegar a Coblenza en el mismo lado por el que va la carretera, se encuentra en lo alto el castillo de Stolzenfels, o también conocido como el castillo amarillo. También está cerrado en Diciembre, así que ni nos molestamos en subir. Seguimos hacia Coblenza.

Nuestra primera parada será el conocido punto donde el Mosela y el Rin se unen, lo que ha dado lugar al "Deutsches Eck", "la esquina alemana", precisamente por la forma que toma la ciudad por el discurrir de los rios. Allí hay un monumento al emperador Guillermo I, un parque con un paseo por el rio y la basílica de San Castor, pero el tiempo no nos acompaña para quedarnos a pasear. Nos vamos hacia el centro de la ciudad en busca del mercadillo de Navidad.

Se encuentra entre las plazas de Jesuitenplatz, Rathausplatz y Münzplatz. Al ser un día entre semana y a una hora de trabajo, no hay casi nadie, aún así damos una vuelta y nos tomamos un chocolate (4,5€) en la taza típica de la navidad en Coblenza. Para estar en una de las ciudades más grandes de la zona, el mercadillo es más bien pequeño y soso.

Comemos en una cervecería pegada a uno de los laterales de la Liebfrauenkirche o Iglesia de nuestra señora. Se llama Altes Brauhaus y la comida es buena, abundante y con un precio razonable. Esta vez, pasando de los filetes empanados de cerdo, elegimos unos platos de salchichas caseras de higado y otras tipo morcilla, con puré de patata (como no..) chucrut, manzana y cebolla y una mostaza que pica muchísimo. Esto con bebida por 26€.

Como no hace muy buen tiempo y ya se está haciendo de noche, decidimos regresar a Sankt Goar pasando antes por el Ikea de Coblenza a hacer unas compras.

6 de diciembre de 2011

Margen izquierda hacia el sur





Hoy nos toca remontar el río por la margen izquierda. A 7 km de nuestro apartamento nos encontramos con Oberwesel. En la parte más alta se encuentra el castillo (hotel-restaurante) de Schönburg, mejor acercarse en coche. A pesar de estar destinado al alojamiento, no encontramos a nadie por allí y entramos hasta el mirador con vistas de todo el pueblo y el Rin. A la vuelta consultamos en la oficina de turismo qué se puede ver. Nos recomiendan el paseo por encima de la muralla. Terminamos la visita en la iglesia de San Martin en el otro extremo del pueblo.











La siguiente parada será en Bacharach a otros 7 km. Lo poco que tiene este pueblo se encuentra alrededor de la plaza principal. Lo más curioso es la casa entramada llamada Altes Haus, la Casa de Correos con la oficina de turismo, la ruina de la capilla Werner y la subida al castillo-albergue juvenil de Stahleck, con vistas del Rin. Todas las empinadas laderas que rodean al pueblo están llenas viñedos, ahora secos, pero en verano tiene que ser algo digno de ver. Comemos en el Bistro del Hotel Stahleck. Un sitio con mucho gusto en el diseño, comida abundante y casera de calidad. 32,80€ por 2 sopas de gulash, dos schnitzel y bebidas.



El próximo pueblo en la ruta es Bingen, a unos 16 km. De lo que he podido leer en la guía para visitar en este pueblo/ciudad, no me atrae nada así que después de haber aparcado, nos dimos media vuelta y nos fuimos a Mainz.



A 30 km de Bingen se encuentra la ciudad de Mainz, o también conocida por Maguncia. Tenemos suerte y aparcamos justo en la entrada de la calle peatonal que lleva a la catedral de San Martín. Impone mucho desde fuera al verla. A sus pies está montado el mercadillo de Navidad que se extiende por las plazas de los alrededores. Nos tomamos nuestro chocolate caliente para conseguir una taza más (3€) aunque esta es bastante sosa.

Damos un paseo por las callejuelas del Aldstadt, entramos a la catedral y buscamos un restaurante muy peculiar. Se llama Heilgeist y se encuentra en un edificio de una antigua iglesia utilizado en su historia como hospital. Todavía es pronto para cenar así que nos asomamos por una ventanita para verlo, pero nos vamos.


En 50 minutos estamos de vuelta en el apartamento.
Antes hemos tenido que hacer una parada en la gasolinera del pueblo. Y allí nos encontramos con el problema de no saber abrir el depósito. Damos mil vueltas al coche por dentro y por fuera, buscando algún botón para abrir la tapa, pero nada.. La mujercilla que regenta la gasolinera, sale para ver qué nos pasa, y también ella se pone a buscar el botón. Opto por preguntar a un hombre que ha parado a repostar también. Es un Volkswagen, si un alemán no sabe cómo funciona el depósito, mal vamos. Finalmente entre 4 personas descubrimos que con pulsar el mando del coche para abrir las puertas, abre también la tapa del depósito, ya nos vale..... De todo esto me quedo con que hasta una señora de más de 60 años, en un pueblo en mitad del Rin, es capaz de hablar perfectamente en inglés.. cuánto nos queda por avanzar en España. Echamos 20€ de super y a casa.

A la hora de cenar nos acercamos a por unas pizzas a un pequeño restaurante italiano del pueblo llamado Alla Fontana. Muy ricas y por 15€.

5 de diciembre de 2011

Margen derecha hacia el sur


Empezamos nuestra ruta por el Rin. Estamos justo en el medio de todo lo que tenemos que ver, y desde nuestro pueblo se puede cruzar a la otra orilla. Hoy elegimos hacer la orilla de enfrente bajando hacia Wiesbaden.

Cruzamos en la barcaza (4€ coche y conductor + 1,10€ por pasajero adicional) que cruza cada 15 minutos desde Sankt Goar hasta Sankt Goarshausen. Empieza a las 7 de la mañana y termina a las 21h.

Aparcamos delante de la oficina de información turística donde nos dan un mapa del pueblo.  Aprovecho para preguntar en qué consiste la cartulina azul que viene con el coche de alquiler y que hemos visto en otros coches aparcados. Al parecer hay zonas de pago con parquímetro, zonas gratuitas y otras zonas en las que se puede aparcar gratis durante cierto tiempo. Hay carteles que indican si es una zona de 1 horas, de 2, de 3, de 4... En la cartulina azul viene una ruleta con las horas de un reloj. Se debe marcar en ella la hora a la que se aparca y volver a mover el coche cuando se haya pasado el tiempo. Digo "se debe", pero no hay nadie que controle nada, suponen que la gente actuará correctamente. Si esto fuera en España... pero no, es Alemania y la gente cumple con su obligación aunque no tenga consecuencia el no cumplirla. Si se nos pegase un poco de este comportamiento nos iría mucho mejor, sin duda.


Bueno, dejando la disertación sobre el tema del parking y la honestidad de los alemanes.. sigo comentando nuestra visita a Sankt Goarshausen. El pueblo tiene la zona vieja o Aldstadt en la zona que queda más a la derecha. Se trata de una calle con casas entramadas con una pequeña placita donde están desmontando los puestos del mercadillo navideño que se ha celebrado durante el fin de semana. Todo siempre vigilado por el castillo de Katz o Burg Katz. El castillo es de caracter privado y no puede visitarse.

Las otras dos visitas a hacer en este pueblo son la estatua de Loreley, la "sirena" que atraía a los marineros del Rin con sus cantos y provocaba que chocaran con la roca que ahora lleva su nombre. Esta roca provoca que el río haga una curva muy pronunciada y puede apreciarse desde el mirador que se encuentra a 2km del pueblo subiendo hacia el centro de interpretación de Loreley. Para llegar a los miradores hay que seguir hasta el hotel. Como ahora está todo cerrado entramos gratis al parking del hotel.

Todo en el pueblo está cerrado en invierno. Se ve que la época de auge de esta zona vinícola es el verano y principios de otoño, pero en Diciembre todo está cerrado, hoteles, restaurantes, tiendas...

Y la cosa no va a cambiar en el resto de pueblos que visitemos. En siguiente siguiendo la carretera es Kaub donde toooooodo está cerrado, parece un pueblo fantasma. La atracción de este pueblo está en el Burg Pfalzgrafenstein. Un castillo pequeño que está dentro del Rin. En su día, era un método recaudatorio a favor de los muchos obispos o arzobispos que se querían enriquecer a base de cobrar a los barcos un peaje. Hoy está cerrado por ser Diciembre...pero normalmente se puede visitar.

El siguiente objetivo es Rüdesheim am Rein, del que dicen que tiene uno de los mercadillos navideños más bonitos de toda Alemania.

- Al poco de dejar Kaub nos encontramos con los primeros carteles de Rüdesheim. Creyendo que este es el pueblo que buscamos, aparcamos y buscamos un mapa. Todo en el mapa parece cuadrar con donde estamos, hemos aparcado en la zona de aparcamiento junto al tren, enfrente tenemos una serie de calles pararlelas donde debe estar Drosselgasse, el famoso mercadillo, etc...
Lo que nos mosquea es que no se ve mucho ambiente para ser un pueblo tan conocido. Siguiendo las indicaciones del mapa, buscamos la oficina de turismo, pero ni rastro.. buscamos Drosselgasse, ni rastro, buscamos el mercadillo, más de lo mismo. ¿Qué está pasando? Ni gente, ni tiendas ni restaurantes... Volvemos al coche y buscando en el GPS encontramos la respuesta. Este pueblo NO es Rüdesheim, pero simula serlo para que turistas despistados como nosotros paren aquí.

Increíble, un pueblo impostor!!!

Nos marchamos rápidamente hasta el verdadero Rüdesheim, que está a unos 10 minutos más adelante en coche. Y cuando llegas ves claramente que este sí es el que buscabas. En la oficina de turismo nos dan un mapa y nos señalan la localización del mercadillo.
Damos una vuelta antes del anochecer por las calles antiguas y por la más conocida de todas ellas, llamada Drosselgasse, donde hay multitud de restaurantes. Paramos a comer en un restaurante muy bonito que se encuentra en una casa muy antigua llamado Stadt Frankfurt. Una sopa de goulash, el plato típico de esta región, el Sauerbraten, que consiste en carne macerada con salsa y dumplings de patata, una pata de ganso asada, una tarta de manzana y  el café típico de la ciudad con cognac de una abadía local, azúcar, café y nata. Lo curioso es ver el protocolo con el que lo preparan porque luego está bastante fuerte y supongo que se asemejará al carajillo español. Todo nos sale por 45€. Sólo el cafecito ya cuesta 6€, pero había que probarlo.



Como queda tiempo antes de que sea de noche, seguimos camino hasta el siguiente pueblo, bueno, este ya es ciudad Wiesbaden. Aparcamos en el parking de un centro comercial del centro, muy cerca del mercadillo. Es muy bonito, a los pies de la imponente catedral con su tono rojizo.






Las luces que lo adornan tienen forma de pétalos de flor, el mercadillo está muy animado, con mucha gente y con casetas muy bonitas y decoradas. nos tomamos nuestro chocolate caliente para seguir con la colección de tazas y nos vamos.







Volvemos por el mismo camino por el que hemos venido y ya de noche paramos de nuevo en Rüdesheim am Rein para ver el mercadillo y el pueblo iluminado. Está lloviendo y hace frío. Nos quedamos a cenar en los puestos una sopa de patata dentro de un recipiente hecho de pan (5€). Una patata cortada en espiral (1,5€) con pimentón. Y nuestro tradicional chocolate caliente en la taza típica de este mercadillo (4,5€, dos son por la taza)



Y con esto y sin bizcocho, ya nos han dado las 9. Nos volvemos al apartamento, cogiendo el trasbordador que cruza el rio desde Sankt Goarshausen hasta Sankt Goar.

4 de diciembre de 2011

De vuelta a Alemania

Vaya, está lloviendo otra vez.

Hoy visitaremos lo que nos queda por ver de Luxemburgo antes de volver a Alemania. Existen varias rutas para ver la ciudad alta(Ville Haute) y la ciudad baja(Grund), nosotros elegimos el circuito Wenzel.
Parte muy cerca de nuestro hotel siguiendo el curso del río y de las murallas.

Para bajar a la ciudad baja se utiliza un ascensor que se encuentra a mitad de camino. El Grund se ha convertido en un reducto cultural donde en la abadía Neumünster se ha ubicado un centro cultural de encuentros y las escasas calles albergan cafés y restaurantes. Volviendo por el ascensor a la ciudad alta se llega hasta la cornisa desde donde divisar el valle y las ruinas donde se originó la ciudad.  No para de llover, nos resguardamos siguiendo la visita por dentro de la ciudad. La catedral de Notre Dame, la plaza de armas.. y terminamos en el mercadillo de navidad comiendo antes de salir de viaje. Salchicha (3€), filete en bocadillo(5€), ponche de huevo en taza de Luxemburgo(4,5€) y un Glühwein(2,5€)
Nos dejamos sin visitar la parte de los edificios europeos y el lado opuesto del rio donde se encuentra la filarmónica, pero no tenemos más tiempo. Ha sido un paseo muy agradable a pesar de la lluvia y Luxemburgo tiene su encanto.

Regresamos a Alemania rumbo a Sankt Goar donde tenemos reservado un apartamento para nosotros solos y donde pondremos el campo base de cara a las excursiones de los próximos días. Pero antes de esto, una parada en un pueblecito llamado Kastellaun. Había leído que sólo se disfruta de su mercadillo de Navidad durante el primer fin de semana de Diciembre y justo coincidía con la fecha de hoy, por lo que decidimos visitarlo. Está a 2 horas de camino desde Luxemburgo y a tan sólo 30 minutos de Sankt Goar.

El mercadillo está en torno al castillo, serpenteando al igual que la calle que sube desde el pueblo. La verdad es que es bastante pequeñito. Lo que queda del castillo se puede visitar gratuitamente, disfrutar del paisaje desde lo alto e incluso tomar algo en el bar/restaurante/taberna.

Una vez en Sankt Goar contactamos con Sebastien, el dueño y regente del hotel Loreley y los apartamentos Zur Loreley. Hemos reservado el apartamento número 19 por 200€ los 4 días. Un piso muy grande, muy limpio, con cocina, calefacción, internet... Estupendo!! Nos regalan botella de vino y un pack con folletos de información de la zona. La verdad es que el hombre ha sido muy atento con nosotros. Nos comenta que la mayoría de los hoteles y restaurantes, incluídos los suyos, están cerrados porque para ellos es temporada baja y aprovechan para coger vacaciones en esta época. Cenamos en el Zur Krone. Un sitio muy auténtico en una antigua casita entramada en la que daba la sensación de que en cualquier momento, iban a aparecer por la puerta los 3 mosqueteros. Para cenar: saquitos de patata con crema de queso de hierbas. Schnietzel y filete de cerdo. Cantidades muy abundantes. No aceptan tarjetas de crédito. Todo por 38€.

3 de diciembre de 2011

Se puede ser tonto y luego estoy yo....

Si es que las prisas nunca fueron buenas.. Me acabo de dar cuenta que cogí la cámara de fotos sin mirar y  tenía puesto el teleobjetivo de unas pruebas que estuve haciendo en casa, y con eso de que las Low Cost te lo ponen imposible con el equipaje de mano, ni me planteé en su momento el meter algún otro. El caso es que me voy a pasar todo el viaje sin poder hacer ni una sola foto de un paisaje ni mucho menos de nosotros, a no ser que ponga la cámara en Cuenca y me de tiempo luego a llegar al sitio a posar para la foto. Esto me pasa una vez y nunca más. Hace falta ser....(poned el adjetivo que queráis)

En fin, intentaré hacer lo que se pueda...

Dejamos el hotel y nos acercamos al centro con el coche. Esta vez lo dejamos dentro de un parking de un centro comercial justo al lado de la plaza del mercadillo (5,10€ por 3 horas). En la oficina de turismo situada al lado de la Porta Nigra nos dan un mapa y nos señalan los puntos más importantes para visitar. Todo está en el centro a excepción de las termas y el anfiteatro.

De camino a la catedral de San Pedro, a Samu se le antoja probar el pan de jengibre(1€) en uno de los puestos del mercadillo, que sigue de bote en bote. En la catedral se guarda como tesoro principal, la que dicen fue la túnica de Jesús en la cruz. La visita es gratuita e incluye el acceso al claustro. Sólo para entrar al museo es necesario pagar.

Cerca de la catedral está la Basílica de Constantino, donde supuestamente estaba la sala del trono. Hoy en día es una iglesia evangélica muy austera que no contiene nada en su interior. El acceso es gratuito.
Atravesando unos jardines en el exterior se llega hasta las termas romanas, ahora en ruinas y que están cerradas por tareas de reconstrucción. Terminamos la visita en el anfiteatro, el cual no está restaurado del todo y al que hay que pagar 3€ para entrar. Nos damos media vuelta, porque amablemente en la puerta del anfiteatro te dejan ver una colección de fotos de lo que hay dentro si decides pagar, así que nos ahorramos la visita.

Nos volvemos al mercadillo. Samu pide otro glühwein en una taza diferente a la de ayer. Para la colección. Compramos un par de salchichas (6€) y un ponche de huevo (3€).

En 3 horas hemos visto todo con mucha calma así que cogemos camino de Luxemburgo.

En 40 minutos ya estamos en el hotel económico Parc Bellevue en Luxemburgo. Está a 10 minutos andando de la plaza central, situado en una zona arbolada. La habitación nos sale por 58€.

El mercadillo de navidad está abierto hasta las 20h y como todavía no son ni las 15h, nos echamos una siesta antes de ir a visitar el centro. El ambiente del mercadillo es muy similar a los alemanes. Gente comiendo salchichas y bebiendo vino caliente entre los puestos y música de un coro de niños en directo de fondo.

Vemos la catedral y damos un paseo nocturno por la muralla que rodea una parte de la ciudad. Volvemos al mercadillo para cenar algo antes de volver al hotel. Una taza de glühwein típica de Luxemburgo(4,5€), una ración de raclette de patata(5€), una salchicha con cebolla(3,5€) y una especialidad de aquí que consiste en 3 tortitas de patata rallada frita con alguna especia que van fritas y refritas acompañadas de una compota de manzana (3,5€).


A las 20,30h ya estamos en el hotel. Bajamos al bar a conectarnos a internet un rato y nada más entrar nos da un bofetada de olor a queso que invade todo el local. Hay una mesa que está comiendo una raclette con un artefacto un tanto peculiar. Son como dos placas laterales con resistencias que van calentando un trozo de queso de modo que el queso se va fundiendo sobre el resto de ingredientes. Curioso, pero echa un pestazo a queso quemado ... Nos tomamos un zumo y una cerveza (6€) y nos vamos.

2 de diciembre de 2011

Ayyy qué bonito!! Jo, qué frio hace.. Ayyy qué bonito!!! ....

Empezamos un nuevo viaje. Esta vez nos quedamos en Europa ya que sólo tenemos una semana y siguiendo el viaje del año pasado por estas fechas a Navidad, vamos en busca del espíritu navideño de los mercadillos alemanes.

Salimos de Madrid dirección Frankfurt Hahn. Volamos con Ryanair por 84€ los dos billetes de ida. Aunque llegamos con retraso, a las 17:00 ya estamos montados en nuestro coche de alquiler. Un Polo a estrenar que devolveremos en Colonia y utilizaremos durante estos 6 días (200€ en total a través de la compañía Sixt)

Nuestra idea es recorrer los pueblos y mercadillos navideños de la zona vinícola del Rin, conocida como la región de Renania-Palatinado, plagada de castillos y viñedos. También añadiremos al viaje una visita al país vecino, Luxemburgo.

En la ruta de hoy, nuestra primera parada será el pueblo de Bernkastel-Kues, a 20 minutos del aeropuerto de Hahn. Y allí nos encontramos el primer mercadillo. Localizada en el entramado de callejas empedradas, una hilera de pequeñas casetas de madera, se integra perfectamente con el entorno de casas entramadas decoradas con miles de lucecitas y adornos navideños. Y aunque sean poco más de las 17:00, aquí ya es noche cerrada. Anochece a las 16:00.

No hay un rincón que no tenga un arbolito de Navidad, unas bolas rojas, unos muñequitos...  Y de fondo, no se sabe muy bien de dónde, una música navideña que termina de hacer el ambiente perfecto. Todo de cuento..


En la plaza del pueblo, donde una de las casas principales simula un calendario de adviento con las ventanas, la gente se reúne alrededor de pequeñas mesas altas, mientras beben glühwein en unas tacitas. Se trata de un vino caliente, normalmente tinto, con algo de canela, mandarina y naranja. Al principio puede parecernos una guarrería eso del vino caliente, y al probarlo nos damos cuenta de que sí, es una guarrería, pero cumple su función, quitar el frio!!! y de ahí la explicación del título de esta etapa, porque a cada esquina que doblabas te sorprendías de la decoración, pero al rato te venía una oleada de humedad del rio, que te dejaba tieso.

Continuamos el camino hasta el final de etapa por hoy, Trier, o también conocida como Tréveris. La ciudad más antigua de Alemania, de origen romano. Está a unos 40 minutos desde Bernkastel-Kues.

Nos alojamos en el NH Trier por 50€ en habitación doble con parking gratuito. El hotel está a las afueras y aunque se puede ir al centro de la ciudad andando (50 minutos) o en un autobús público, elegimos el coche. Al ser ya tarde, en los alrededores del centro se puede aparcar sin problema, sin tener que pagar.

Entramos a la calle principal por la Porta Nigra. La puerta romana más grande de este tipo que queda en Europa. Aquí también siguen con el ambiente navideño que vimos en Bernkastel, pero mucho más a lo grande. En la plaza mayor las casetas ya tienen un tamaño mayor y mezclan los puestos de artesanía con los de dulces típicos, salchichas, bebidas calientes.. Junto a la catedral, un escenario con música en directo y más puestos. Al ser viernes, todo el pueblo está reunido aquí bebiendo el vino caliente y consumiendo dulces o salchichas. Hemos visto que aquí cada puesto de vino tiene una jarrita diferente. Nos proponemos hacer una colección de todos los mercadillos por los que vayamos pasando. Aquí elegimos una bota con dibujos de la ciudad en Navidad. Cobran 4,5€ por la taza y el vino, pero si devuelves la taza te devuelven 2€.

Llevamos todo el día sin comer así que la cena la haremos probando distintos platos del mercadillo. Para empezar, champiñones con mayonesa (4€). Sí, suena raro y hasta asqueroso, pero está rico. Seguimos con una pizza de patata, nata, bacon y queso con masa de centeno (4,5€). Estos alemanes usan la patata en todo, ya lo iréis viendo. También probamos la Rind curry burst (3€), una salchicha troceada en salsa de tomate y curry. Para terminar un dulce que nos ha llamado la atención. Es como una bola gigante de masa, tipo dumpling chino, relleno de cerezas, a la que le echan por encima unas natillas y salsa de cerezas calientes (5€, que se quedan en 4€ si se devuelve el plato). Espectacular!!!

Ya son las 21:30h y cierran el mercadillo, así que como el resto del personal, nos vamos a dormir que por hoy ya está bien.