5 de diciembre de 2011

Margen derecha hacia el sur


Empezamos nuestra ruta por el Rin. Estamos justo en el medio de todo lo que tenemos que ver, y desde nuestro pueblo se puede cruzar a la otra orilla. Hoy elegimos hacer la orilla de enfrente bajando hacia Wiesbaden.

Cruzamos en la barcaza (4€ coche y conductor + 1,10€ por pasajero adicional) que cruza cada 15 minutos desde Sankt Goar hasta Sankt Goarshausen. Empieza a las 7 de la mañana y termina a las 21h.

Aparcamos delante de la oficina de información turística donde nos dan un mapa del pueblo.  Aprovecho para preguntar en qué consiste la cartulina azul que viene con el coche de alquiler y que hemos visto en otros coches aparcados. Al parecer hay zonas de pago con parquímetro, zonas gratuitas y otras zonas en las que se puede aparcar gratis durante cierto tiempo. Hay carteles que indican si es una zona de 1 horas, de 2, de 3, de 4... En la cartulina azul viene una ruleta con las horas de un reloj. Se debe marcar en ella la hora a la que se aparca y volver a mover el coche cuando se haya pasado el tiempo. Digo "se debe", pero no hay nadie que controle nada, suponen que la gente actuará correctamente. Si esto fuera en España... pero no, es Alemania y la gente cumple con su obligación aunque no tenga consecuencia el no cumplirla. Si se nos pegase un poco de este comportamiento nos iría mucho mejor, sin duda.


Bueno, dejando la disertación sobre el tema del parking y la honestidad de los alemanes.. sigo comentando nuestra visita a Sankt Goarshausen. El pueblo tiene la zona vieja o Aldstadt en la zona que queda más a la derecha. Se trata de una calle con casas entramadas con una pequeña placita donde están desmontando los puestos del mercadillo navideño que se ha celebrado durante el fin de semana. Todo siempre vigilado por el castillo de Katz o Burg Katz. El castillo es de caracter privado y no puede visitarse.

Las otras dos visitas a hacer en este pueblo son la estatua de Loreley, la "sirena" que atraía a los marineros del Rin con sus cantos y provocaba que chocaran con la roca que ahora lleva su nombre. Esta roca provoca que el río haga una curva muy pronunciada y puede apreciarse desde el mirador que se encuentra a 2km del pueblo subiendo hacia el centro de interpretación de Loreley. Para llegar a los miradores hay que seguir hasta el hotel. Como ahora está todo cerrado entramos gratis al parking del hotel.

Todo en el pueblo está cerrado en invierno. Se ve que la época de auge de esta zona vinícola es el verano y principios de otoño, pero en Diciembre todo está cerrado, hoteles, restaurantes, tiendas...

Y la cosa no va a cambiar en el resto de pueblos que visitemos. En siguiente siguiendo la carretera es Kaub donde toooooodo está cerrado, parece un pueblo fantasma. La atracción de este pueblo está en el Burg Pfalzgrafenstein. Un castillo pequeño que está dentro del Rin. En su día, era un método recaudatorio a favor de los muchos obispos o arzobispos que se querían enriquecer a base de cobrar a los barcos un peaje. Hoy está cerrado por ser Diciembre...pero normalmente se puede visitar.

El siguiente objetivo es Rüdesheim am Rein, del que dicen que tiene uno de los mercadillos navideños más bonitos de toda Alemania.

- Al poco de dejar Kaub nos encontramos con los primeros carteles de Rüdesheim. Creyendo que este es el pueblo que buscamos, aparcamos y buscamos un mapa. Todo en el mapa parece cuadrar con donde estamos, hemos aparcado en la zona de aparcamiento junto al tren, enfrente tenemos una serie de calles pararlelas donde debe estar Drosselgasse, el famoso mercadillo, etc...
Lo que nos mosquea es que no se ve mucho ambiente para ser un pueblo tan conocido. Siguiendo las indicaciones del mapa, buscamos la oficina de turismo, pero ni rastro.. buscamos Drosselgasse, ni rastro, buscamos el mercadillo, más de lo mismo. ¿Qué está pasando? Ni gente, ni tiendas ni restaurantes... Volvemos al coche y buscando en el GPS encontramos la respuesta. Este pueblo NO es Rüdesheim, pero simula serlo para que turistas despistados como nosotros paren aquí.

Increíble, un pueblo impostor!!!

Nos marchamos rápidamente hasta el verdadero Rüdesheim, que está a unos 10 minutos más adelante en coche. Y cuando llegas ves claramente que este sí es el que buscabas. En la oficina de turismo nos dan un mapa y nos señalan la localización del mercadillo.
Damos una vuelta antes del anochecer por las calles antiguas y por la más conocida de todas ellas, llamada Drosselgasse, donde hay multitud de restaurantes. Paramos a comer en un restaurante muy bonito que se encuentra en una casa muy antigua llamado Stadt Frankfurt. Una sopa de goulash, el plato típico de esta región, el Sauerbraten, que consiste en carne macerada con salsa y dumplings de patata, una pata de ganso asada, una tarta de manzana y  el café típico de la ciudad con cognac de una abadía local, azúcar, café y nata. Lo curioso es ver el protocolo con el que lo preparan porque luego está bastante fuerte y supongo que se asemejará al carajillo español. Todo nos sale por 45€. Sólo el cafecito ya cuesta 6€, pero había que probarlo.



Como queda tiempo antes de que sea de noche, seguimos camino hasta el siguiente pueblo, bueno, este ya es ciudad Wiesbaden. Aparcamos en el parking de un centro comercial del centro, muy cerca del mercadillo. Es muy bonito, a los pies de la imponente catedral con su tono rojizo.






Las luces que lo adornan tienen forma de pétalos de flor, el mercadillo está muy animado, con mucha gente y con casetas muy bonitas y decoradas. nos tomamos nuestro chocolate caliente para seguir con la colección de tazas y nos vamos.







Volvemos por el mismo camino por el que hemos venido y ya de noche paramos de nuevo en Rüdesheim am Rein para ver el mercadillo y el pueblo iluminado. Está lloviendo y hace frío. Nos quedamos a cenar en los puestos una sopa de patata dentro de un recipiente hecho de pan (5€). Una patata cortada en espiral (1,5€) con pimentón. Y nuestro tradicional chocolate caliente en la taza típica de este mercadillo (4,5€, dos son por la taza)



Y con esto y sin bizcocho, ya nos han dado las 9. Nos volvemos al apartamento, cogiendo el trasbordador que cruza el rio desde Sankt Goarshausen hasta Sankt Goar.

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